MANUEL BOIX

 

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LAS OBRAS EXPUESTAS

 


Paisatge sobre pell, en blau (Paisaje sobre piel, en azul).1974.
Carboncillo y óleo sobre tela. 70 x 50 cm.
Paisatge capilar, en groc (Paisaje capilar, en amarillo). 1974.
Carboncillo y óleo sobre tela. 70 x 50 cm.
Paisatge humà, en roig (Paisaje humano, en rojo) . 1974.
Carboncillo y óleo sobre tela. 70 x 50 cm.

icent J. Escartí

 


ROSTRE AMB SOMRIURE DE VIDRE

En Rostre amb somriure de vidre (2001), aparecen claramente dos planos que contienen un volumen informe y oscuro, en primer lugar, y el perfil de un rostro que se recorta sobre el fondo, en segundo término. En la parte superior, una incisión de un momento concreto, en una especie de grafitti sobre el muro de yeso que le sirve de fondo, explicita que aquel lienzo es, sin duda, una alegoría de la muerte y, por extensión del paso del tiempo. En efecto, la hora, el día del mes, el mes y el año que aparecen hacen referencia a un momento concreto y exacto en el tiempo: es la inscripción que, aunque quiere darnos la impresión de haber sido hecha sin demasiado cuidado, sin voluntad de perdurabilidad, deviene epigráfica, en la medida que corona y preside el lienzo. La cara de perfil, de un hombre ya viejo, con las arrugas de la piel bien marcadas —en especial en la frente—, los ojos hundidos y una expresión serena, congelada, en la boca, sugieren el rictus mortis. Si la cal o el yeso del fondo presenta los signos propios del paso del tiempo sobre este material, que acaba confundiéndose con la piel del rostro, éste, además, ha sido deliberadamente envejecido por el artista, queriendo manifestar,
tal vez, que también su recuerdo ha envejecido en parte. Por este motivo la faz helada del personaje aparece cubierta por unas grietas que, apenas insinuadas, se confunden con la textura de la piel. Finalmente, en un primer plano, un montón informe de materia oscura que recuerda la madera quemada o, tal vez, las cenizas, acaba de completar la idea del paso del tiempo que ya hemos citado. El uso del carboncillo, como en todo el cuadro, acentúa esta sensación.

Aunque se ha señalado como precedente de esta obra el Narcís (1974), en que se funden dos rostros en un choque brutal y destructivo —dos rostros que, a pesar de ser parecidos, no son del mismo hombre—, tal vez la precedencia sólo la tenemos que encontrar en el aspecto técnico y de solución final de las dos obras. Si no es que uno de aquellos rostros corresponda al del Rostre amb somriure de vidre.

 

 

 

 

Espills (Espejos). 1974.
Espills (Espejos). 1974.
Óleo sobre tela. 100 x 100 cm.

Rostre amb somriure de vidre (Rostro con una sonrisa de vidrio). 2001.

Rostre amb somriure de vidre (Rostro con una sonrisa de vidrio). 2001.
Carboncillo sobre lienzo. 200 x 300 cm.
Exposiciones:
— El rostre, el rostro, the visage. Sala de Cultura Carlos III, Universidad de Navarra (18 abril-26 mayo). Pamplona, 2002.

 

 

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